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Déjame que te cuente…

Déjame que te cuente…

“Había una vez un papá que no encontraban tiempo para leerle un cuanto a su pequeña…”

Conocer la importancia de los cuentos es crucial para el crecimiento de nuestros hijos. Cómo padres, debemos crear una rutina de lectura en casa lo que irá permitiendo a nuestros hijos a empatizar con el entorno y a desarrollar su imaginación, para solventar diferentes problemas o conflictos.

La mayoría de las personas nacemos con distintos tipos de creatividad que se van desarrollando a lo largo de nuestra vida al usar la metodología adecuada. Aunque todas las personas tienen la capacidad de crear, en los niños se acentúa debido a su condición de crecimiento, por eso, desde los primeros meses de vida hay que incentivar el aprendizaje con cuentos e historias.

¿Por qué debemos leerles cuentos a los bebés?

Es posible que os preguntéis cuáles son los beneficios de leerle a un bebé. El bebé no entenderá todo lo que hacemos, ni tampoco por qué lo hacemos. Pero leer en voz alta a nuestros hijos es una actividad compartida maravillosa que puede continuar durante años, y es un estímulo importante.

En un primer momento, leer en voz alta:

  • Le enseña al bebé a comunicarse.
  • Introduce conceptos como los números, las letras, los colores y las formas de una manera divertida.
  • Desarrolla aptitudes de audición, memoria y vocabulario.
  • Les da a los bebés información sobre el mundo que los rodea.

Aunque parezca mentira, para cuando los bebés cumplen el primer año de vida ya han aprendido todos los sonidos necesarios para hablar su idioma nativo. Cuantas más historias se lea al bebé, más expuesto estará a más palabras y mayor facilidad tendrá para hablar.

Escuchar palabras ayuda a formar una gran red de palabras en el cerebro del bebé. Al llegar a los dos años, los niños cuyos padres les hablan o leen con frecuencia saben más palabras que los niños a los cuales no se les ha leído. Los niños a los cuales se les lee durante los primeros años de vida tienen más posibilidades de aprender a leer en el momento adecuado.

Cuando lee, su hijo escucha cómo usted utiliza diferentes emociones y sonidos para expresarse, lo cual fomenta el desarrollo emocional y social del niño. La lectura también invita a su hijo a mirar, señalar, tocar y responder preguntas; lo cual promueve el desarrollo social y las aptitudes de razonamiento. Y su bebé mejora las aptitudes del idioma imitando sonidos, reconociendo dibujos y aprendiendo palabas.

Pero la razón más importante para leerle en voz alta a su hijo es establecer una conexión entre las cosas que su bebé más quiere: su voz y los libros. Pasar tiempo leyéndole a su bebé demuestra que la lectura es una aptitud que vale la pena aprender. Y si a los bebés y los niños se les lee con alegría, entusiasmo y creando un vínculo especial, comienzan a asociar los libros con la felicidad y se comienza a crear un amor por la lectura.

¿Qué sienten los niños cuando escuchan un cuento?

El niño al escuchar un cuento infantil se va imaginando la historia, va poniéndose en el lugar de los personajes, y va sintiendo sensaciones parecidas a las de los protagonistas. Por eso, los cuentos infantiles benefician el desarrollo de la imaginación del niño, así como su sentido de la percepción y la sensibilidad. Potenciando la empatía hacia los demás y por lo tanto ayudando a mejorar en sus relaciones sociales.

El niño que está familiarizado con los cuentos comprende que estos le hablan en el lenguaje de los símbolos y no en el de la realidad cotidiana. El cuento nos transmite la idea, desde su inicio hasta el final, que lo que nos explica no son hechos tangibles, ni lugares ni personas reales. El cuento sitúa al niño en un viaje hasta un mundo maravilloso, para después al final, devolverlo a la realidad de la manera más reconfortante.

La conexión que vincula a un padre con su hijo será mucho más fuerte gracias a los cuentos infantiles, pues habrán pasado juntos el final del día, habrán reído con los mismos chistes y se habrán sorprendido con los mismos acontecimientos.

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Diferentes etapas…diferentes formas.

Muchos os preguntaréis: ¿a qué edad debemos empezar a leerle libros al bebé?

Algunos expertos dicen que a partir de los 6 meses, pero muchos otros dicen que desde el nacimiento o incluso antes, en la barriga de mamá.

Pensad que sus primeros cuentos e historias serán nanas, canciones… Es importante hablarle y contarle cosas al bebé ya desde el embarazo, así se familiarizará con nuestra voz y más tarde, en brazos de mamá, esa misma voz le reconfortará y calmará.

Nunca es demasiado temprano para compartir un libro con los niños. Si aguardamos a que sepan leer para hacerlo, es como si esperáramos a que supieran hablar para hablarles.

Es posible que los bebés más pequeños no entiendan el significado de los dibujos de un libro, pero se pueden concentrarse en ellos, especialmente en las caras, los colores brillantes y los dibujos.

Entre los 4 y los 6 meses, es posible que su bebé muestre más interés en los libros. El bebé tratará de agarrar el libro con sus manos pero también lo querrá morder, chupar y tirar. Elija libros de plástico o de tela que tengan colores vivos y texto repetido o que rime.

Entre los 6 y los 12 meses, comienzan a entender que los dibujos representan objetos reales, y es muy probable que demuestre preferencias por ciertos dibujos, páginas o hasta historias. El bebé reaccionará mientras usted lee, tratando de agarrar el libro y emitiendo sonidos; y al cumplir los 12 meses será capaz de voltear las hojas (con su ayuda), señalar objetos en la página y repetir sus sonidos.

Cuándo y cómo leer.

Quizás también os preguntéis: ¿cómo le leemos a un bebé?

Sin duda la mejor manera es en nuestro regazo. Pero tened en cuenta que a estas edades los libros son un juguete más, así que seguramente intentará manosearlos, girarlos, abrirlos y cerrarlos, chuparlos,… debemos dejarle, pues es su forma de descubrir el mundo que le rodea, a partir de todos sus sentidos: tacto, gusto, vista…

Lo bueno de leer en voz alta es que no se necesita una aptitud especial o un dispositivo especial; simplemente a nosotros y un libro. Lea unos pocos minutos cada vez pero con frecuencia.

Reserva un momento del día para leer; quizás antes de la siesta o a la hora de dormir. Esto no sólo le permitirá mimar a su hijo antes de la hora de dormir sino que también hará más fácil su vida estableciendo una rutina. Esto ayudará a calmar al bebé y a establecer expectativas cuando llegue la hora de irse a la cama.

También es bueno leer en otros momentos del día. Elija momentos cuando el bebé está seco, alimentado y atento. Los libros también son una buena opción cuando está en algún lugar esperando. Por lo tanto, es una buena idea llevar unos libros en la bolsa de los pañales, que podrá usar cuando tenga que esperar en el médico o en la cola del supermercado.

Una de las mejores maneras de asegurarse de que nuestros hijos se convertirán en unos amantes de la lectura es tener libros por toda la casa. Cuando el bebé sea capaz de gatear hacia una canasta con juguetes para coger uno, asegúrese de que haya unos libros junto a ellos.

Los libros con espejos y diferentes texturas (material arrugado, suave, que raspe) son opciones excelentes para esta edad. También lo son los libros que se pueden mantener abiertos solos o los libros con partes que se despliegan. Los libros con hojas de cartón hacen que pasar las páginas sea fácil y los libros de plástico o tela pueden llevarse a todos lados incluso a la bañera. A todos los bebés, cualquiera sea su edad, les encantan los álbumes de fotos con fotos de gente que conocen.

Déjame que te cuente…

Algunos consejos para la lectura son los siguientes:

  • Mimar a nuestro hijo mientras leemos, ayuda a que se sienta seguro, abrigado y conectado con nosotros.
  • Lea de una manera expresiva variando el tono de su voz según sea adecuado o utilizando diferentes voces con cada personaje de la historia.
  • No se preocupe si no sigue el texto de la historia al pie de la letra. Deténgase de vez en cuando, haga preguntas o comentarios sobre el texto o los dibujos. («¿Dónde está el pollito? ¡Ahí está! ¡Qué lindo pollito rosa!») Es posible que su hijo todavía no sea capaz de responder, pero esto establece las bases para que más tarde lo pueda hacer.
  • Cante canciones de cuna, emita sonidos graciosos de animales (onomatopeyas) o haga saltar al niño entre las piernas; cualquier cosa que muestre que la lectura es algo divertido.
  • A los bebés les encanta (y aprenden de esto) la repetición. Por lo tanto, no te preocupes si lees el mismo libro una y otra vez. Cuando lo hagas, pon el mismo énfasis cada vez, de la misma manera que lo haría con una canción conocida.
  • En base al desarrollo madurativo de cada niño, animémosles a que ellos nos «lean» algún libro con el que estén familiarizados, o que les leamos con frecuencia. Será, muy probablemente, una mezcla de balbuceos y palabras, pero es un ejercicio cognitivo fenomenal para su desarrollo.
  • Cuando sea más mayor, recompensa los triunfos lectores de tus hijos. Anímales con elogios cuando acaben las frases de los libros de memoria, o cuando se esfuercen por leerte.

Requisitos para un buen libro de 0 a 3 años.

  • Ilustraciones brillantes y muy contrastadas, para que las pueda ver bien y capten su atención: por ejemplo, una única imagen por página sobre un fondo blanco.
  • Formatos que pueda manipular y que sean resistentes: de tela, de plástico blando (para la bañera) o de cartón duro con los cantos redondeados. ¡Y dimensiones reducidas!
  • Que puedan ser cantados o con onomatopeyas, retahílas, rimas o repeticiones sencillas. Siempre ligados a la oralidad y que inviten al recitado y al juego corporal. Así podremos trabajar la musicalidad del lenguaje.
  • Texto breve, claro y muy simple. Por ejemplo, una única palabra por página o incluso sin texto dónde nosotros podemos inventarnos la historia.
  • La tipografía debería ser en un tamaño bastante grande y preferiblemente en mayúsculas, pues serán las primeras letras que aprenderá.
  • Cuentos con objetos conocidos o acciones cotidianas: irse a dormir, el baño, comer, saludar, la familia…
  • Les suelen gustar con fotografía reales (de niños o animales) y con sonidos o texturas.
  • Libros-juguete, con formatos sorprendentes y muy interactivos. Por ejemplo, les encantan los libros con figuras escondidas que aparecen al levantar una pestaña, estilo juego cucú-tras.

Nuestra recomendación de libros.

Aquí os dejo una selección de libros de 0 a 3 años muy interesante para tener en casa:

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