El 26 de marzo, Jaime Salom, acompañado por su amigo el periodista Antonio Olano, fue entrevistado por los alumnos de 4º ESO del Colegio Mayol.
Fue un acto entretenido y didáctico en el que conocimos al dramaturgo quien se mostró contento y con muchas ganas de hablar. Las preguntas se hicieron con un gran orden y fundamento.
¿Cómo y cuándo descubrió su vocación? ¿Por qué se decantó por el teatro y no por otro género literario?
Éramos un grupo de amigos que hacíamos obras de teatro, un día decidí escribir yo una.
Cuando empezó a escribir ¿tenía usted en mente modelos literarios de escritores a los que quería imitar?
No, leí mucho y de ahí saqué mis ideas. Un amigo mío tenía un montón de libros y cada semana me prestaba diez obras. De joven yo no tenía dinero por lo que no podía ir a ver teatro, por eso no podía inspirarme en otros artistas. Luego trabajé en una revista que me pagaba con entradas de teatro.
¿Qué cualidades hay que tener para ser escritor?
No muchas, simplemente tener una gran vocación y espíritu de trabajo para llevar a cabo esta tarea.
De entre sus obras ¿cuál es su preferida? ¿Por qué?
Es difícil de escoger pero sin duda me decanto por “Casi una diosa”.
¿Cuál fue la primera obra que estrenó? ¿Qué sintió al verla representada?
Fue en el año 1954, “El Mensaje”, me inspiré en una nota periodística. Se situaba en la antigua Rusia en la que el personaje era un marido prisionero. Fue mi primera obra “oficial” ya que mientras estudiaba escribí 10 obras que nunca he leído.
¿Cuál fue el primer premio que recibió? ¿Qué sintió al recibirlo?
Mi primer premio fue representar mi obra y 25 pesetas. El premio Fastenrath fue muy importante.
¿Cuál es el premio que más prestigio le ha dado tanto de cara al público como en el ámbito profesional?
Los premios dan más satisfacción que prestigio, pero sin duda el Premio Nacional de Literatura.
¿Cuáles son las obras o los escritores que siempre le acompañan?
No me acompaña ninguno y todos; dejo llevarme por mi imaginación aunque alguna vez algún escritor o alguna obra me hayan influido de manera indirecta. Uno de mis escritores favoritos es Antón Chéjov.
A la hora de escribir ¿Tiene alguna manía, alguna rutina establecida o se basa en la inspiración del momento?
Antes cogía siempre un purito, le quitaba el celofán y la vitola, lo partía por la mitad y lo fumaba mientras escribía. Hace 15 años que ya no lo hago ya que dejé de fumar (se ríe).
¿Cuánto tiempo suele tardar en escribir una obra de teatro?
Depende de la inspiración. Escribí el primer acto de la obra “Verde esmeralda” en una noche, eso no se volvió a repetir. Normalmente tardo bastante más. El tiempo empleado en cada obra es irregular. En la actualidad llevo un año investigando para escribir una obra sobre Casanova.
¿Qué tipo de público tiene en mente mientras escribe? ¿por qué?
No, nunca. A la hora de escribir no pienso a quien va dirigido, escribo lo que me gusta y puede gustar o no a cualquier persona.
¿Qué obra suya le ha gustado más cuando la ha visto puesta en escena? y ¿Cuál es para usted la obra más importante, escrita hasta ahora, por lo que transmite al espectador?
“Las señoritas de Avignon”. Recorrí y vi todas las representaciones que de ella se hicieron. Los montajes eran todos distintos pero con el mismo texto; el que más me gustó fue el de Nueva York.
¿Acepta cualquier tipo de crítica? ¿Cómo le afecta para su siguiente trabajo?
Por supuesto que las acepto pero si son buenas mucho mejor.
¿Merece la pena ser empresario en el mundo del teatro o es la forma de poder estrenar sus propias obras?
No merece la pena, aunque si se tiene dinero siempre es más fácil ya que se puede innovar y arriesgar más.
¿Ha dirigido o interpretado alguna de sus obras?
No, eso es trabajo para los artistas. Una vez lo intenté y me pudieron los nervios. Actuar no va con mi forma de ser y prefiero dejárselo a los profesionales.
¿Suele estar presente en los ensayos? ¿y en los estrenos? ¿elige usted a los actores? ¿Ha escrito alguna obra para que la representara alguien concreto?
No. Una vez escribí una obra para alguien concreto, Paco Martínez Soria y no lo he vuelto a hacer para nadie ni para una compañía determinada.
¿Los personajes de sus obras son ficticios o siempre se basan en la realidad?
El 95% son ficticios pero el 90% se basan en la realidad, es decir, son ficticios pero siempre tienen algo de real.
¿Es la Historia para usted una fuente de inspiración? ¿Por qué?
¡Sí! Tenemos una historia muy interesante y me gusta basarme en ella. ¡Ojalá los políticos también lo hicieran para evitar errores!.
¿Ha cambiado su forma de escribir y los temas a analizar con la evolución histórica de nuestro país? ¿Qué supuso la censura para usted?
Claro, cuando la historia cambia también lo hacen el resto de factores. La censura hacía pensar más, buscar formas diferentes de decir lo que se quería. A mí la censura no me creó grandes problemas. Por otro lado pienso que “los buenos escritores siempre dicen lo que quieren decir, pero de otra manera”.
¿Cuál ha sido para usted la época más dura a la hora de publicar o de ver representado en un escenario lo que realmente quería?
Ahora, en la actualidad porque el teatro está muy desprestigiado. “Ni los que tienen que defender el teatro lo hacen”. Hoy en día quienes van al teatro con más asiduidad son las mujeres. “Es maravilloso ver filas enteras llenas de mujeres que han quedado para merendar e ir al teatro”.
Han cambiado mucho los problemas y las preocupaciones que sacuden a nuestra sociedad ¿Piensa que la problemática o el tema que plantean sus obras más antiguas están aún vigentes?
Hombre, claro que sí han cambiado. Hay temas como el del “honor” que ha quedado totalmente anticuado y que no se usa en la actualidad. Surgen problemas nuevos.
¿Por qué no puso nombres a los personajes de “El Mar “ y “La pecera”? De haberlo hecho ¿cuáles habrían sido?
No quise ponerles nombre porque no quería que nadie se viese reflejado o se sintiese identificado si los ponía.
¿Qué significado tiene en “El Mar” el poder coger de nuevo el barco? y ¿Qué técnica utiliza en esta obra para dar a los personajes un carácter tan cómico?
El barco significaba volver a la vida. Tengo un gran sentido del humor y no me cuesta trabajo utilizarlo.
¿Por qué “La pecera” termina de forma trágica? ¿Qué quería expresar con la muerte del personaje?
No quería que fuera tan realista…
¿Con qué personaje de los que usted ha creado se siente usted más identificado? (si es que se identifica con alguno)
Quizá con un personaje de “La piel del limón” ya que estaba pasando como yo por un divorcio.
En algunas de sus obras sus personajes son reales como por ejemplo en “Casi una diosa” (Dalí, Gala, Buñuel) ¿usted ha conocido a alguno de ellos? En caso afirmativo ¿nos podría contar alguna anécdota?
Por desgracia no conocí a ninguno de ellos aunque me hubiese gustado. En una ocasión Dalí me firmó un autógrafo pero eso no es “conocer” a alguien.
¿Por qué tituló una de sus obras “Las señoritas de Avignon” como la famosa obra de Picasso?
Porque me inspiré en el famoso cuadro de Picasso.
En “Historias íntimas del Paraíso” hace una crítica al papel que la mujer se ha visto obligada a desempeñar durante mucho tiempo, ¿por qué escogió precisamente a Eva y no a Lilí? ¿Cree que desde que escribió la obra hasta la actualidad esta situación ha cambiado?
Por supuesto que ha cambiado la situación de la mujer.
¿Por qué suele dar un toque cómico o irónico para plantear problemas serios? ¿Es más fácil la comedia que el drama?
El que no tiene sentido del humor no sabe hacer comedia. Yo creo que lo tengo y por eso la hago. El drama también me gusta, pero la tragedia no. Cada uno tiene su opinión y su gusto.
Nos hubiera gustado seguir hablando con Jaime Salom mucho más tiempo y que nos siguiera contado más cosas sobre su vida, sus recuerdos y sus anécdotas con el sentido del humor del que hizo gala durante toda la entrevista. Sin embargo, sin darnos cuenta la hora se nos echó encima y no pudo ser.
Damos las gracias a Jaime Salom por compartir con nosotros su tiempo.
ALUMNOS DE 4º ESO
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