Beneficios de la relajación en los niños
Enseñar a los niños a relajarse les ayuda a desarrollar su inteligencia emocional, aprendiendo hábitos de vida saludable dentro de un mundo en el que sobran los estímulos de toda clase. De esta forma desarrollan su verdadero potencial, rendimiento físico e intelectual.
Podemos destacar los siguientes beneficios que aportan las técnicas de relajación si se hacen de forma continuada:
- Aumenta la confianza en uno mismo.
- Mejora la calidad del sueño.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Incrementa la memoria y la concentración.
- Mejora la calidad del aprendizaje.
- Disminuye el estrés muscular y mental.
- Regula las energías del niño.
- Ayuda a vencer la timidez.
- Favorece en la intervención de tics.
- Después de realizar una actividad física, permite lograr un estado de tranquilidad y bienestar físico y mental.
- Reduce la ansiedad.
- Mejora en el autocontrol.
- Mayor capacidad para afrontar miedos.
En esta etapa infantil, los niños no han desarrollado todavía su independencia, por lo que la ayuda de los padres es fundamental. Debemos escoger un momento del día en el que estemos a solas con ellos, por ejemplo antes de ir a la siesta o antes de dormir. Podemos realizar estas técnicas para ayudar al niño a conciliar el sueño y que aprenda a dormir solo y relajado.
¿Cómo aplicar las técnicas de relajación?
Si quieres realizar estos ejercicios pero el niño está muy nervioso, no debes empezar inmediatamente. Haz un paso intermedio como darle un masaje o moverle las piernas y los brazos para inducir una relajación muscular que le llevará a tranquilizarse.
Preparar un ambiente relajado, con una luz tenue, temperatura agradable y evitando distractores. Se puede poner una música ambiental, preferiblemente instrumental, de esta forma los niños aprenden que ese espacio tranquilo les ayuda a descansar.
Cuando tengamos el ambiente preparado debemos hablarles de forma dulce y pausada. Para que los niños consigan relajarse nosotros debemos estar relajados también, cuidando nuestras palabras y nuestros gestos. En esta etapa es importante que sientan el contacto físico con tu piel, dando caricias o masajes en sus manos o piernas.
Debemos trabajar sesiones de relajación cortas ya que los niños de esta edad suelen dispersarse con mucha facilidad, si se despista intenta buscar otro ejercicio que llame su atención y si no se soluciona debes buscar otro momento más adecuado. Es importante tener paciencia ya que las técnicas de relajación no se aprenden de un día para otro y el niño debe habituarse poco a poco a ellas.
Es importante recordar que en esta etapa más que técnicas de relajación hablaríamos de “juegos de relajación” ya que el niño debe percibir que estas actividades son como un juego.
TÉCNICAS BÁSICAS DE RELAJACIÓN
- La música, es una forma muy eficaz de relajación, cantar una nana o poner música de fondo suave, ayudará a vuestros hijos a relajarse y conciliar el sueño más fácilmente, sobre todo cuando son más pequeños.
- Los cuentos, es otra técnica que juega con la imaginación de los pequeños, siendo una de las formas de relajación favorita de los niños. Se imaginan en una selva, luchando con piratas o en un castillo medieval.
- Los masajes, alivian al niño del estrés que se genera diariamente, ayudando a regular y reforzar las funciones circulatorias, gastrointestinales y respiratorias. Es una técnica de relajación muscular que facilita el sueño y mejora la comunicación afectiva con nuestros hijos.
ACTIVIDADES DE RELAJACIÓN
Masaje Shantala: Se trata de estimular, relajar y ayudar al niño a dormir a través del tacto. Es importante realizar estos masajes en un momento en el que el bebé esté más tranquilo, nunca en medio de una rabieta. Podemos poner música suave, comprobar que la temperatura de la habitación es agradable y utilizar aceites esenciales. Este masaje tiene origen en la India y se realiza en los pies, piernas, estómago, pecho, brazos, manos y espalda.
Durante el primer año de vida, el bebé suele tranquilizarse mucho si siente a la madre cerca, hay contacto físico o se le balancea suavemente en sus brazos o en la cuna. También el hablarle o cantarle en tono suave y relajado propicia la transición hacia el sueño o un estado más calmado. Sin duda, todos estos recursos ya constituyen formas de relajación natural y universal.
Bote de la calma: Cuando el niño entre en la etapa de las rabietas, podemos crear un bote de la calma. La técnica consiste en agitar la botella, el niño puede observar cómo la purpurina se mueve de forma descontrolada, como él cuando está enfadado. Cuando la purpurina comienza a caer hacia el fondo, el nerviosismo pasa y el niño consigue relajarse.
Los cuentos: debemos tener un entorno tranquilo y silencioso, podemos trabajar la relajación justo antes de empezar a dormir y facilitarle así su sueño.
El cuento de la tortuga y la liebre, narra la historia de una liebre que retó a una tortuga a hacer una carrera. Convencida de su superioridad, la liebre empezó a correr y se esperó a la tortuga justo antes de cruzar la meta para poder reírse de ella. La tortuga fue caminando a paso muy lento y cuando llegó cerca de la meta, la libre se había dormido…
A partir de este relato se le puede pedir al niño que haga de tortuga (respirar lento, mover brazos y pies lentamente, meterse en su casa y permanecer quieto unos instantes…) o de liebre (respirar rápido, agitar brazos y pies…). El Cuento debe acabar que gana la tortuga y el niño efectúa las respiraciones lentas y relaja todas las extremidades. Al final la tortuga se mete en su casa, apaga la luz y se dispone a descansar para recuperarse y empezar el día bien.
El cuento puede variarse utilizando otros animales (elefante-hormiga; gato-ratón; etc..), pero siempre buscando que el niño tenga que imitar ciertos comportamientos opuestos (lento-rápido; ruido-silencio; tenso-relajado, etc).
Los ejercicios de respiración es importante que el niño aprenda a controlar su respiración por la influencia que esto tiene, no sólo a la hora de hacer ejercicio sino sobre todo porque es fundamental para el mantenimiento de la atención, la liberación del estrés, la relajación, etc.
Los padres podemos ayudar a nuestros hijos practicando con ellos juegos que estimulen su correcta respiración. El niño puede practicar imaginándose que es un globo que lentamente se va hinchando, alzando los brazos mientras se hincha, para después deshincharse (expirando el aire y bajando lentamente los brazos).
Ejemplos de algunos ejercicios de respiración:
- Cantar canciones infantiles, enséñales a tomar aire al principio de las frases y soltarlo poco a poco mientras se canta.
- Inflar un globo
- Apagar velas
- Soplar pompas de jabón
- Mover pelotas de ping pong soplando con una pajita sobre una superficie plana
- Soplar un matasuegras
- Ejercicios faciales
Para respirar adecuadamente es necesario además de desarrollar la capacidad pulmonar, tener elasticidad en los músculos faciales.
Te proponemos un divertido juego para que hagas con tus hijos gestos y ejercicios faciales que le ayudarán también con su respiración.
En la página “el lenguaje de los niños”, podemos encontrar esta divertida actividad, se trata de un dado juguetón para tirar al aire y según la cara que caiga tendréis que hacer una acción:
- Fingir un beso
- Intentar tocar la nariz con la lengua
- Inflar la mejilla derecha con aire
- Morderse el labio inferior con los dientes superiores
- Sacar la lengua…
Imitar posturas de animales con estas actividades los niños, además de divertirse, se acercarán a la naturaleza:
- La hoja: sentarse con la columna derecha, las plantas de los pies juntas, las manos sobre los tobillos. Suavemente encorvar la columna, después regresa a la postura de recto. Repetir el ejercicio varias veces.
- La flor: sentados con la espalda recta, las plantas de los pies juntas y las manos en los tobillos, rebotar las rodillas hacia el piso en series de 10 veces.
- El grillo: partiendo de la posición inicial sentados rectos, con las plantas de los pies juntas y las manos en los tobillos, mirar al frente y ladear la cabeza hasta que la oreja derecha toque el hombro derecho, colocar la cabeza recta y ahora repetir la operación, pero con la parte izquierda, oreja izquierda toca hombro izquierdo.
- El pájaro: con la espalda recta llevar las manos hacia atrás hasta que se puedan agarrar por detrás de la espalda y tratar de estirar los brazos hasta que los omoplatos se unan. Después de soltar, relajar hombros y cuello.
- La foca: sentado estira una pierna, inclina tu cuerpo hasta que tus manos toquen la punta de los dedos del pie que has estirado, vuelve a poner la pierna en su postura inicial y repite la operación estirando la otra pierna.
Risas
Reírse es uno de los mejores calmantes. Cuando nos reímos mucho, nuestro cuerpo se siente muy relajado. Así que después de ver al niño ansioso o enojado, prueba buscar formas de reír y disfrutar juntos.
Abrazos
Nos abrazamos como se abrazan los osos, a la de 3… venga… una, dos y tres. Si lográis 20 segundos de abrazo con vuestro peque, es un estado de bienestar máximo, el cuerpo se nivela y la persona abrazada se siente por esos segundos totalmente a salvo, por lo que el cuerpo se relaja al sentirse protegido.
En definitiva, debemos ir probando diferentes actividades para adaptarnos a las características personales de cada niño.
En esta primera etapa nuestro objetivo es que el niño se empiece a familiarizar con algo llamado “relajarse”, que no conseguir resultados espectaculares respecto a los ámbitos que queremos mejorar.