Las Rabietas
DEFINICIÓN. TIPOS
Las rabietas suelen manifestarse en torno a los dos años como manifestación de la independencia del niño. Este término indica la pérdida de control del niño sobre sus emociones y no son exclusivas de la infancia.
Cuando hablamos de rabietas podemos diferenciar varios tipos:
RABIETAS PREVISIBLES:
Son Aquellas que podemos evitar o de alguna manera anticiparnos antes de que aparezcan, con el fin de minimizar los efectos que producen. Seguro que todos estáis pensando en aquellas que están relacionadas con el hambre, sueño, autonomía…,
RABIETAS PREVISIBLES PERO NO EVITABLES
Este tipo de rabietas aunque sean previsibles muchas de ellas son inevitables, ya que no podemos ceder en nuestra forma de actuar, nos referimos a las que tienen que ver con la seguridad, la salud o los límites, por ejemplo, cruzar una calle sin dar la mano, lavarse los dientes, saltar en el sillón, empujar a un hermano o coger herramientas peligrosas. En este punto es importante destacar que los límites y las normas son muy importantes para los niños ya que poco a poco van interiorizándolos y ayuda a organizarnos dentro de nuestra familia.
RABIETAS IMPREVISIBLES
Son el producto de la frustración o simplemente consecuencia de la propia inmadurez del niño.
En estos casos lo más importante es que no se pierda la conexión con tu hijo y para ello os recomendamos una serie de estrategias:
- ANTICIPACIÓN: debes hacer lo posible por prevenir la rabieta, y para ello hay que echar infinitas dosis de imaginación ya que el sueño y el hambre son los peores enemigos en estos momentos. Sobre todo ahora que llegan épocas de compras navideñas, intenta evitar aglomeraciones si tu hijo se encuentra cansado o anticípate llevando algo de comida.
- Haz un uso moderado del “NO”, posiblemente el mayor detonante de las rabietas. Da la vuelta a tus normas de forma positiva y verás cómo cambia la respuesta de tu hijo.
- Pasar suficiente TIEMPO juntos. Es importante que perciban que este tiempo es de “calidad”, NADA de teléfonos, tablets, o televisión, tareas de la casa… sobre todo observad si las rabietas aumentan cuando hay hermanos, suele ser un indicador de que necesitan más tiempo exclusivo con vosotros.
- Distracción. Depende del niño en ocasiones funciona cambiar de actividad u ofrecer alternativas antes de que se produzca la rabieta.
- Mantén TÚ CALMA. Para poder gestionar las emociones de nuestros hijos, primero tenemos que ser capaces de manejar las nuestras. Si en ese momento no nos vemos capaces de gestionar la rabieta, debemos delegar la responsabilidad en otra persona que se encuentre con nosotros y si estás sólo, apártate hasta que seas capaz de intervenir sin perder el control.
- Poned nombre a los SENTIMIENTOS, para ellos hay varios cuentos que os pueden ayudar como el “Monstruo de colores” o el “Emocionario”. Es asombroso como son capaces de identificar lo que sienten a través de colores o imágenes, os animamos a probarlo en casa.
- PROTEGE a tu hijo. Es el momento de saber qué es lo que necesita nuestro hijo ya que algunos buscan el contacto y otros necesitan poner espacio por medio.
- VALORA lo positivo, resalta lo maravilloso que son y las cosas buenas que hacen. Un ejercicio antes de dormir: decir tres cosas positivas a nuestros hijos sobre lo que han hecho hoy.
TÉCNICAS PARA CALMAR EL ENFADO